El pasado sábado el volcán submarino Hunga Tonga Hunga Ha'apai entró en erupción a 65 kilómetros al norte de Nuku'alofa, la capital de Tonga. La erupción fue tan fuerte que se sintió en todos los rincones del planeta, ya que una ola de presión se extendió en todas las direcciones.

Al mismo tiempo se produjo un tsunami que tuvo repercusiones a miles de kilómetros, llegando incluso hasta la costa de Perú, a 10.000 kilómetros de distancia y dejando por lo menos a 2 personas muertas. Además, se emitieron alertas de tsunami en los países vecinos. Los habitantes de las zonas costeras de Japón, Australia y Estados Unidos, entre otros, fueron evacuados.

Antes de la erupción principal del sábado, el volcán había dado a conocer su presencia en días anteriores, y la Agencia Meteorológica de Tonga informó de que el olor a azufre y amoníaco podía sentirse en algunas zonas de la isla. Ahora las fotografías y los vídeos muestran enormes depósitos de ceniza y vapor que se elevan en el aire, y los científicos han dicho que se trata de un acontecimiento que ocurre "una vez cada mil años.

Nueva Zelanda ha anunciado el envío de un avión con herramientas para evaluar los daños en la isla de Tonga, y la Cruz Roja calcula que hasta 80.000 personas pueden haberse visto afectadas por la explosión y el tsunami. Sin embargo, la ayuda humanitaria al país se vio también afectada ya que la ceniza cubre la pista del aeropuerto de la capital.

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